La Policía en Columbus, Ohio ha resuelto el caso sin resolver de una niña de ocho años que fue secuestrada en 1982 cuando iba de camino al colegio. Ahora, 38 años después de la desaparición, la familia de Kelly Ann Prosser se ha enterado de quién secuestró, agredió sexualmente y mató la niña de ocho años gracias a unas pruebas de ADN, tal y como publica la 'CNN'.

El subdirector de Policía de Columbus, Greg Bodker, ha contado en rueda de prensa que el 20 de septiembre de 1982 Kelly Ann fue secuestrada en el distrito universitario de Columbus mientras caminaba de vuelta a su casa desde el colegio. Dos días después, su cuerpo fue descubierto en un campo de maíz en el cercano condado de Madison. Según los investigadores, la niña fue golpeada, violada y finalmente murió estrangulada.

"Este es un caso que a lo largo de los años todos queríamos resolver y nos afectó a todos a nivel personal", ha afirmado Bodker, a lo que ha añadido: "Imagínese en 1982 recolectar algo que no sabía que algún día existiría: el ADN".

Tras una de las "investigaciones más intensas" del departamento de Policía de Columbas, la evidencia que preservaron de la escena del crimen resultó ser la clave para resolver el caso décadas después. Así, el subinspector de Policía identificó al asesino de Prosser como Harold Warren Jarrell, un hombre fallecido que no fue mencionado en el archivo del caso original del asesinato de la menor.

Harold Warren Jarrel, el hombre que asesinó a Kelly Ann

El asesino fue condenado por el secuestro de otra niña de ocho años

Harold Warren Jarrell murió en Las Vegas en 1996 a los 67 años, tal y como indica 'Infobae'. En 1977, ya fue condenado por secuestrar a otra niña de ocho años en el norte de Columbus. Sin embargo, fue puesto en libertad en enero de 1982, ocho meses antes del secuestro de Kelly Ann Prosser, ha indicado el sargento Terry McConnell.

Además, la Policía leyó en voz alta unas declaraciones de la familia de la niña con respecto al caso: "Cuando Kelly Ann se fue a la escuela, la mañana del 20 de septiembre de 1982, no esperábamos que nuestro tiempo con ella terminara abruptamente o que nuestro futuro cambiara en todas las formas imaginables".

"En un momento tuvimos a esta deslumbrante y traviesa niña de ocho años y, de repente, todo lo que nos quedaba eran recuerdos, fotografías que nunca envejecerían, un calendario que marcaba unas nuevas vacaciones terribles, una tumba y piezas de la vida de Kelly almacenadas en una caja ", decía la declaración.

La familia de la niña también quiso agradecer a la Policía por su implicación para resolver el caso durante cerca de cuatro décadas: "Gracias por nunca rendirse, gracias por no olvidarse nunca de esta niña inocente y gracias por no olvidar nunca que estaban trabajando para resolver el caso de Kelly Ann; nos han dado el regalo más increíble y esto nos da esperanza de que se resuelvan otros casos de homicidio sin resolver".

Por su parte, la detective Dana Croom, de la Unidad de casos sin resolver del departamento de Policía, ha expresado que "es satisfactorio que la familia sepa lo que le sucedió a su pequeña aunque eso no la traiga de vuelta".