Una bacteria tóxica ubicada en el agua fue la causante de cientos de elefantes en Botsuana durante la pandemia. Se ha tardado meses en descubrir qué causó la muerte de 330 elefantes, pero finalmente el Gobierno del país ha hallado una toxina natural en el agua que bebían.

Mmadi Reuben, veterinario jefe Vida Salvaje y Parques Naturales de Botwana ha afirmado que "se ha hecho un diagnóstico de intoxicación por cianobacterias neurotóxicas de los estanques de agua".

Según el científico, que los paquidermos ingirieran ese agua envenenada explicaría también el extraño comportamiento que tuvieron antes de morir: caminaban desorientados y luego caían desplomados de repente, llegando incluso a chocar entre sí.

Pero la conclusión dada por el gobierno botswano lejos de zanjar el enigma abre otro aún mayor: ¿por qué solo murieron los elefantes? Ni siquiera las autoridades locales se lo explican, ya que ningún animal de otra especie que infirió el agua lo hizo, tampoco las aves carroñeras que devoraron sus cuerpos.

"Una de las hipótesis que se baraja es que los elefantes pueden acceder con sus trompas a las zonas más profundas de las charcas, donde se encuentran con más facilidad este tipo de bacterias", ha explicado Gema Rodríguez, responsable del programa de especies WWF.

Las imágenes de los elefantes muertos dieron la vuelta al mundo en los meses de abril y mayo, ya que nadie entendía la causa de su muerte. Desde entonces, los que han sobrevivido se han ido, dejando vacía un de las zonas del mundo donde habitaban más elefantes de todo el planeta.