Doñana y las Tablas de Daimiel, los dos mayores humedales que hay en España, son parques nacionales. Eso implica que tienen el máximo nivel de protección, y aun así, se mueren.
¿Qué ocurre entonces con los más pequeños, esos que carecen de protección? Pues los expertos exponen que en las últimas décadas se han secado miles de manantiales que albergaban una gran biodiversidad.
La Fundación Global Nature trabaja en su recuperación. Es más difícil con aquellos que dependen exclusivamente de acuíferos, pero otros, como los de de Fuentes de Nava, Boada o Peadra, en Palencia, están volviendo a la vida.
El director de la Fundación, Eduardo de Miguel, explica cómo lo consiguen: lo primero es comprar el territorio y eliminar cualquier edificación, vallado o escombrera... y es que muchos de estos humedales habían acabado siendo los vertederos de los pueblos.
Después, reintroducen el pastoreo, esencial para restaurar, por ejemplo, los marjales del Mediterráneo, fuente de vida. Y es que como detalla Santiago Martín Barajas, coordinador de Agua de Ecologistas en Acción, "la presencia de los humedales es fundamental para proteger la biodiversidad".
Desde el Gobierno se propone recuperar los grandes humedales que desaparecieron en el siglo XX en Cádiz, Ourense y Palencia. Los expertos apuntan que recuperarlos es muy difícil si no hay un plan transversal entre varios ministerios y consejerías que tienen competencias.
Global Nature ha inventariado más de 5.700 humedales. De ellos, apenas 1.300 figuran en los mapas oficiales del Ministerio para la Transición Ecológica porque algunas comunidades autónomas ni siquiera tienen catalogados los suyos.