Sólo faltan cuatro metros de galería para llegar a la zona donde creen que podría estar Julen. Bajarán de dos en dos, metidos en una jaula fabricada expresamente para el rescate y a través de una ventana comenzarán a abrir la galería horizontal.

Una operación que ya han avisado va a ser extremadamente complicada. Primero comenzarán manualmente con piquetas y martillos neumáticos, pero es muy previsible que se encuentren con bloques de piedra demasiado dura.

Ahí entrarían en juego los TEDAX. Ellos se encargarían de realizar microvoladuras controladas, para debilitar la roca y que los mineros después con sus martillos puedan progresar.

Trabajarán en turnos de 30 a 40 minutos, relevos constantes en un ambiente que será además irrespirable. Por eso irán equipados con respiradores.

Para asegurar las paredes y el techo deberán apuntalar, utilizarán el sistema de posteo típico de la minería. Pero cualquier imprevisto podría complicar todavía más el rescate. Prefieren no dar plazos y dejar que el equipo de mineros asturianos trabaje con la menor presión posible.