La Armada Chilena sobrevuela ha encontrado resguardados entre las piedras en un peñón perdido en medio del océano Pacífico al grupo de pescadores que había desaparecido hace seis días.

En total, son seis pescadores que naufragaron en medio de la nada hace más de una semana después de que una fuerte marejada hiciera que su embarcación se estrellara contra las rocas haciendo que el mar se tragara todo lo que iba en ella: víveres, provisiones e incluso a dos de sus compañeros que aún están en paradero desconocido.

El oleaje les empujó, casi inconscientes, hasta el islote. Uno de ellos, Rigoberto Aránguiz, cuenta que "la primera noche hacía un frío que mataba. Al día siguiente, mis compañeros y yo no nos podíamos mover".

Sin ropa de recambio y empapados, temían que las bajas temperaturas y la humedad hiciesen de cada noche la última. Buscaron comida desesperadamente y se alimentaron de pájaros, y ante el riesgo de morir deshidratados hirvieron agua de mar para poder tomarla.

Ahora, tras días de incertidumbre, vuelven a casa seis de los ocho tripulantes que zarparon el pasado 6 de julio. Su pesadilla por fin ha terminado.