Los Mossos d'Esquadra y la policía local de Alcanar, en Tarragona, rescataron el pasado jueves a un joven de 18 años que se había caído a un pozo de una finca situada junto a la carretera N-340, en este término municipal.
El joven consiguió frenar la caída y se quedó a unos diez metros de la superficie, aunque el pozo tenía una profundidad de unos 20 metros, lo que facilitó la actuación de los agentes de ambos cuerpos.
En un comunicado, los Mossos d'Esquadra han señalado que el joven fue capaz de explicar a los efectivos que acudieron a rescatarlo que se aguantaba a media distancia en el pozo porque hacía presión con pies y manos, pero que no sabía cuánto tiempo podría resistir en esta posición.
Ante estas circunstancias, los agentes que acudieron al aviso del accidente, realizado por su padre, decidieron intervenir de inmediato sin esperar a la llegada de especialistas en rescates. El joven fue rescatado sin que requiriera otra atención que curas simples de los arañazos que presentaba en diferentes partes del cuerpo.
Al parecer, el joven se cayó al pozo cuando chafó con el pie una plancha metálica que tapaba el agujero del pozo y que estaba muy oxidado, por lo que cedió ante su peso.