Miles de ciudadanos de Rumanía han salido a la calle para protestar contra el Gobierno y mostrar su indignación por la lenta respuesta de las autoridades a las llamadas de emergencia de una joven de 15 años que estaba secuestrada y que se sospecha que podría haber muerto varias horas después.
Alexandra Macesanu llamó tres veces al número de emergencias, explicando que había sido secuestrada por un hombre mientras hacía autostop para volver a su pueblo desde la cercana ciudad de Caracal, en el sur de Rumanía. Las autoridades tardaron 19 horas en localizar la fuente de las llamadas y en entrar al local donde se creía que estaba recluida.
En el lugar de los hechos, la Policía encontró lo que parecían ser restos humanos y joyas. Se estima que unas 2.000 personas se han manifestado en el centro de Bucarest el sábado por la noche para protestar por la forma en la que las autoridades han manejado el caso, llevando pancartas que decían "La corrupción mata", "Su sangre está en tus manos" o "Rumanía está siendo asesinada".
Más tarde, muchos de ellos han puesto flores y velas en el exterior del Ministerio del Interior. Los organizadores de esta marcha han explicado en un comunicado oficial que la protesta se ha realizado "contra la indiferencia de los que están en el poder, su incompetencia y su falta de empatía". Otras manifestaciones similares se han producido en otras ciudades de Rumanía.
La Policía sospecha que los restos que se han encontrado pertenecen a Alexandra Macesanu y a una joven de 18 años de una aldea cercana que desapareció en abril, aunque los analistas forenses aún no han confirmado su identidad. Además, el sospechoso Gheorghe Dinca, un mecánico de 65 años, ha sido detenido.
El jefe de la Policía de Rumanía y dos altos cargos del condado fueron despedidos. Varias horas después, la primera ministra, Ministra Viorica Dancila, ha anunciado que está considerando convocar un referéndum para introducir penas más severas para violadores, pedófilos y asesinos.