El activista estadounidense Rob Greenfield, de 33 años, ha hablado en 'The Guardian', donde ha explicado cómo ha conseguido vivir durante un año sin comprar comida en el supermercado. Lo ha hecho cultivando sus propios alimentos en los jardines de sus vecinos de Orlando.
"La mayoría de la gente cree que vivo en una granja en medio del campo, pero en realidad vivo a pocos minutos del centro de Orlando, Florida. Cuando llegué a esta ciudad no poseía ninguna tierra, por lo que para poder cultivar mi comida les pedí a los vecinos que me dejasen sus jardines y, a cambio, yo compartía los alimentos con ellos. Creo en la filosofía 'cultivar alimentos, no céspedes'", ha contado Greenfield al diario británico.
Además, a su llegada a Orlando, el joven necesitaba un lugar donde vivir, algo que también consiguió a través de la comunidad local: "Después de una breve búsqueda, encontré a Lisa, una mujer de 60 años con el sueño de vivir de manera más sostenible. Construí una pequeña casa en su patio trasero y, a cambio, convertí todo su patio delantero en un jardín en el que cultivé sus productos frescos". Así, ha indicado el activista, juntos ayudaron "a satisfacer las necesidades básicas de cada uno a través de un intercambio, en lugar de usar dinero".
"Además de esperar que viva en una granja, la mayoría de la gente probablemente creerá que tengo una experiencia en jardinería para lanzar este tipo de proyecto", ha dicho a 'The Guardian' el activista, añadiendo que, por el contrario, anteriormente solo había "cultivado unas pocas verduras, hierbas y tomates".
El joven ha contado que en el pasado llevaba una "vida consumista bastante típica". "Nunca pensé de dónde venía mi comida hasta que, al ver documentales y leer, desperté y me di cuenta de que estaba consumiendo el planeta que amaba con cada bocado que tomaba", ha expresado Rob Greenfield.
Ha llegado a criar abejas para tener su "propia tienda de dulces en casa"
Así, prometió cambiar sus hábitos, lo que le ha llevado a cultivar más de 100 alimentos diferentes en jardines, entre los que se encuentran decenas de verduras diferentes llenas de nutrientes, batatas para sus "necesidades calóricas, frutas deliciosas como papayas y plátanos, verduras como calabazas, zanahorias, frijoles y remolachas y hierbas y pimientos para dar sabor a las comidas". Hasta ha llegado a criar abejas para poder tener su "propia tienda de dulces en casa" y recogió "la sal marina del océano".
En cuanto a la pesca, el activista ha contado que "no es solo un medio de alimentación" para él, sino una forma de sentirse "conectado con la tierra" que le rodea. "He utilizado una red de lanzamiento para atrapar salmonetes, uno de los peces más abundantes y sostenibles en Florida", ha indicado.
"También he cultivado mis propias medicinas y vitaminas, incluyendo cúrcuma y jengibre, bayas de saúco para hacer jarabe de saúco que previenen resfriados y gripe y hongos 'reishi'. La moringa seca y en polvo, también conocida como árbol de vitaminas, era mi multivitamínico cuando viajé", ha recordado Rob Greenfield, quien ha añadido: "He comido la dieta más saludable de mi vida. Termino el año con el mismo peso que cuando comencé y no me he puesto enfermo. He confiado en la naturaleza y ha valido la pena", ha manifestado.
Su objetivo: alcanzar un mundo más sostenible
Sin embargo, el activista estadounidense ha afirmado que el proyecto "no se trata solo de cultivar y buscar comida", sino de "empoderar a otros para cultivar sus propios alimentos y recuperar su salud". "He construido jardines para 15 personas a través de mi programa 'Gardens for the People', plantado más de 200 árboles frutales, enviado más de 5.000 paquetes de semillas para ayudar a las personas a cultivar sus propios alimentos orgánicos y enseñado clases gratuitas de jardinería a las personas en mi comunidad", ha recordado.
El objetivo de este activista es que "otros cuestionen de dónde viene su comida y si, no le gustan las respuestas, capacitarles para cambiarlas, cultivando parte de la comida". "Se puede aprender a cosechar plantas, obtener alimentos localmente y comprarlos a agricultores y jardineros locales. Se debería cocinar más, en lugar de comprar alimentos procesados y envasados", ha reflexionado.