La infancia se ha acortado y, por consiguiente, la adolescencia cada vez llega antes: los niños suelen tener sus primeras relaciones sexuales con poco más de 13 años y las niñas dos años más tarde, con poco más de 15, según asegura el jefe de la Unidad de Personalidad del Hospital Clínico San Carlos, el doctor José Luis Carrasco.

"Las evidencias científicas avalan cada vez más el acortamiento de la infancia y la llegada a la adolescencia, una de las etapas más conflictivas del individuo que, al parecer, está durando más tiempo. Las primeras atracciones sexuales empiezan ahora a producirse a los nueve años en los hombres y a los diez en las mujeres", ha asegurado el experto.

"Un año y medio después, aproximadamente, esa atracción se transforma en el primer deseo sexual: a los 11 años en los varones, y a los 12 en las féminas", ha proseguido el doctor Carrasco.

Lo que destaca el doctor es que "a esa edad no se han desarrollado aún los mecanismos de la personalidad para la formación de vínculos sentimentales consistentes", los sistemas psicobiológicos que crean la identidad personal ni tampoco aquellos que proporcionan la capacidad de sentir una empatía profunda con los sentimientos del otro, según ha apuntado.

El psiquiatra ha añadido que a pesar de que la edad de mantener relaciones sexuales se ha visto generalmente adelantada en los últimos años, eso no implica la creación de un vínculo sentimental, por lo que acaba en "relaciones de hostilidad y abuso entre los implicados": "El preadolescente no posee un suficiente dominio sobre sus propios impulsos, aunque ni siquiera se da cuenta de ello, y puede caer fácilmente en relaciones de riesgo o irresponsables"

Los mecanismos de autorregulación emocional son débiles a esas edades, por lo que el doctor considera necesaria la educación de los menores en los riesgos asociados a las relaciones sexuales como pueden ser las enfermedades venéreas o el embarazo, pero sostiene la dificultad de evitar caer en la deshumanización de las relaciones sexuales por la falta madurativa de los jóvenes: "Es el origen del aumento de abusos sexuales y degradaciones como los que hemos visto recientemente".

Por ello el doctor Carrasco ha apuntado la necesidad de educar a los menores en la "exploración y en el descubrimiento del mundo interior de los otros, en el amor a la persona, más que en la exploración de sus elementos externos que pueden gratificarles", teniendo en cuenta que el cerebro de los adolescentes no está lo suficientemente desarrollado para comprender el juego intersexual y la significa.