Un control policial riguroso ante el riesgo de atentados vigiló la noche de año nuevo la puerta del Sol en Madrid con constantes cacheos exhaustivos en busca de objetos punzantes o peligrosos. Los asistentes al evento se comportaron modélicamente durante los registros, y se mostraron a favor de la presencia policial.

Cada acceso a la plaza estaba blindado para garantizar la seguridad con un total de más de 600 agentes, que suponen un 15% más que el año pasado, porque España sigue en nivel 4 de alerta antiterrorista.

Pese a las larguísimas colas, reinó la paciencia y el buen ánimo entre los querían entrar a la plaza, agradeciendo el dispositivo. A las 12.10 se cerraron los accesos, cuando 25.000 personas ya estaban dentro. Además, limitar el aforo en Sol ha hecho que se recojan 6.000 kilos menos de basura que el año pasado.

Todo el dispositivo funcionó a la perfección en Madrid, y también en Monjuic, en Barcelona, donde se destinaron más de 500 efectivos entre Mossos y Guardia Urbana para una Nochevieja sin sorpresas.

En Madrid, El Samur recibió 300 avisos, y un joven tuvo que ser trasladado al hospital con traumatismo tras caer desde el techo de un taxi. Por su parte, la policía recibió 1000 llamadas, la mayoría por ruido y por saltarse los horarios de cierre.