Uno de los ejes principales de la nueva reforma de las pensioneses la apuesta por los planes de pensiones complementarios, en especial los llamados planes de empleo, un recurso hasta ahora poco utilizado en España. Tras la aprobación de las recomendaciones del Pacto de Toledo en el Congreso el pasado viernes, es el turno ahora del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de concretar las medidas propuestas.
Aun así, podemos deducir por dónde irán los tiros del impulso a los planes de pensiones, a partir del propio dictamen de la Comisión parlamentaria y de algunos detalles que ha ido esbozando el ministro, José Luis Escrivá.
¿Qué propone el Pacto de Toledo?
El informe de evaluación y reforma del Pacto de Toledo aprobado en el Congreso recoge este asunto en su recomendación 16. El acuerdo apuesta principalmente por los planes de empleo, impulsados por empresas y sustentados, especifica "en el marco de la negociación colectiva". Es lo que se denomina el segundo pilar del modelo de pensiones.
El texto reconoce el "insuficiente e insatisfactorio recorrido que estas fórmulas han tenido hasta la fecha", la Comisión del Pacto de Toledo apuesta por su implantación efectiva. Eso sí, insiste en más de una ocasión en que estos planes tienen como objetivo "complementar" las pensiones públicas, y no sustituirlas.
Es cierto que el tipo de plan complementario que más se ha utilizado en España ha sido el plan de pensiones individual. Como vemos el gráfico siguiente, en España hay cerca de 7,5 millones de personas con planes de pensiones individuales, frente a los casi dos millones que participan en planes de empleo, según los datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco).
El texto indica también el carácter voluntario de este sistema complementario, que quieres seguir la línea de "los países de nuestro entorno europeo". Aunque está por concretar cómo se configurará el modelo español, las características que dibuja la Comisión lo asemejan al inglés NEST (National Employment Savings Trust), un sistema de planes de pensiones que ofrecen las empresas a los empleados de forma automática. NEST se configura como una agencia independiente pero sometida a control parlamentario.
En modelos como este, se descuenta una parte del sueldo, que va a parar a un fondo de ahorro. Los empleados pueden rechazarlo si así lo expresan, aunque el 90% decide permanecer, según la experiencia británica. Además, al ser planes gestionados de forma colectiva, las comisiones que se llevan las entidades bancarias suelen ser menores que si contratamos un plan individual.
El modelo vasco
Pero tenemos otro ejemplo más cercano de sistema complementario, y que el propio Escrivá ha citado como modelo en el que fijarse, y son las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV) del País Vasco. Las EPSV son entidades que desarrollan un complemento voluntario a la pensión. En este sistema, que ofrece además ventajas fiscales al trabajador, las hay de empleo (por las que más apuesta el Pacto de Toledo), pero también de otro tipo, como individuales, asociadas o incluso para otro objetivo que no sea el pago de pensiones. En todos los casos están supervisadas y controladas por el Gobierno Vasco.
Debido a las EPSV, en Euskadi los planes de empleo están más instaurados que en el conjunto de España: el 40% de los planes son de empleo, frente al 21% de España. En total existen 30 EPSV de empleo, del que forman parte más de 485.000 trabajadores, frente a los 650.000 partícipes en planes individuales.
Por último, y para su correcto funcionamiento, la Comisión del Pacto de Toledo señala la necesidad un sistema de comunicación "veraz y adecuado con los socios o titulares", la evaluación de los gestores, y una gestión "más transparente de lo que ha sido hasta ahora", sobre todo en lo referido a las condiciones de contratación y las comisiones bancarias, que podrán ser reguladas por el sistema.
Cualquier persona puede suscribir una EPSV desde el primer momento que comienza su vida laboral, y atraer jóvenes es unos de los objetivos de la propuesta del Pacto de Toledo.
Para hacerlo más atractivo a los jóvenes, lo adecuado sería ofrecer en estos productos algún otro uso más que la jubilación, como apunta José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) y profesor de la Universidad Complutense: "Se debería poder utilizar también para la inversión en su capital humano, es decir para su formación, que les permita reciclarse a lo largo de su vida laboral y estar activos hasta edades avanzadas" o algún otro uso que vaya en la misma dirección, como podría ser incluso cubrir un despido.
Para desarrollar los planes tiene que haber estabilidad en el empleo y salarios más altos
Pero además, otro punto clave que queda por desarrollar es quién financia los planes complementarios, como explica Carlos Bravo, Secretario de Políticas Públicas y Protección Social de Comisiones Obreras: "En los sistemas de empleo el financiador único es la empresa", apunta, aunque en ocasiones, y según el acuerdo que se alcance en convenio colectivo, hay cofinanciación de los trabajadores con la empresa.
El desarrollo en España de los planes de pensiones ha sido minoritario hasta ahora, y el perfil de empresas en el que se da por lo general es homogéneo: grandes empresas y con una plantilla de salarios medios o altos y empleo estable. Si se perpetúa este esquema (que recordamos que es voluntario y el empleado puede rechazar), esto puede dejar fuera a las rentas más bajas, porque, como apunta Bravo: "¿Quién va a renunciar a rentas inmediatas para obtener una renta futura?".
Por ello, añade, desde CCOO la prioridad es mejorar la calidad del mercado laboral: "Para desarrollar los planes complementarios tiene que haber estabilidad en el empleo y salarios más altos", algo que, por otra parte, no tiene por qué ser excluyente.
Planes para diez millones de trabajadores
No es la primera vez que el Pacto de Toledo propone el desarrollo de los planes complementarios, pero parece que esta vez la intención del Gobierno es hacerlo realidad. El ministro José Luis Escrivá aseguró que el objetivo es crear un gran fondo de pensiones de empleo de carácter abierto", que alcance a "más de la mitad de la población ocupada".
En España, el número de planes de empleo contratados no ha dejado de caer desde el desplome de la crisis económica de 2008 (salvo algún mínimo repunte en los últimos años), aunque desde 2013 la caída es mucho más leve que en los años duros de la crisis. A 30 de septiembre hay 1.283 planes de empleo, uno menos que en diciembre de 2019.
Los planes de empleo no solo ofrecen pensiones como prestación, sino que también se pueden cubrir otros riesgos como fallecimiento o invalidez.
Cuando proponer planes de pensiones era "alarmar" a la población
El acuerdo del Pacto de Toledo ha asentado cambios que no hace tanto tiempo han sido objeto de polémica. Así fue el caso con los planes de pensiones durante el Gobierno de Zapatero, cuando el entonces ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, aconsejó a los trabajadores tener un plan de pensiones para complementar el sistema público.
Aunque el exministro aseguró entonces que las pensiones no peligraban, el comentario levantó ampollas. En 2010, en plena y profunda crisis económica, un ministro socialista recomendaba un producto bancario privado y reconociendo que él mismo lo tenía… Por su parte, el Partido Popular le acusó de estar "alarmando" a la población.
Diez años después, el consenso del Pacto de Toledo aprobado en el Congreso el pasado viernes da paso seguro a este sistema de forma "complementaria" al sistema público de pensiones.
Además de la apuesta por los planes complementarios, el Pacto de Toledo propone una veintena de recomendaciones para la reforma de las pensiones, entre las que se incluye el retraso en la edad de jubilación, lograr el equilibro en las cuentas, recuperar el Fondo de Reserva y la revalorización de las pensiones en función del IPC.
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