En 2014, Red Bull, la famosa firma de bebidas energéticas que asegura que 'te da alas', se comprometió a pagar 10 dólares o hasta 15 dólares en cupones para sus productos a todos los estadounidenses que hubiesen comprado una lata de Red Bull en los diez años anteriores por publicidad engañosa. Por ello, la compañía llegó a pagar unos 13 millones de dólares para frenar una demanda colectiva, según informa 'Newsweek'.
Al enterarse de la noticia, el canadiense Michael Attar también intentó sumarse a la demanda colectiva a lo que la compañía se negó por no ser estadounidense. Por esa misma razón, Attar decidió abrir su propio proceso judicial en Canadá en 2016, recoge 'Cadena SER'.
Tres años más tarde, los canadienses han ganado un proceso por publicidad engañosa sobre los beneficios de la taurina. En su página web, Red Bull afirma que "numerosos estudios científicos" habían demostrado que la taurina es más beneficiosa que el café u otros productos similares para aumentar tanto la energía como el rendimiento de los consumidores.
Sin embargo, no hay ninguna evidencia que demuestre dicho rendimiento. La decepción llevó a Attar a interponer una denuncia al considerar que incumple la Ley de Protección al Consumidor.
Para evitar cualquier tipo de distracción, la compañía ha aceptado a pagar 850.000 dólares canadienses a los denunciantes, quienes recibirán 10 dólares canadienses después de demostrar que compraron la lata en los últimos 12 años, más concretamente, entre el 1 de junio de 2007 y el 23 de julio de 2019 en una audiencia que se celebrará el 17 de diciembre de 2019.
No obstante, los consumidores deberán requerir su indemnización antes del 14 de octubrea través de una página web que ha habilitado Red Bull como compensación por publicidad engañosa.
Se solicita colaboración ciudadana
La Guardia Civil pide colaboración ciudadana para averiguar quién ha dejado el cadáver de un bebé en Loeches (Madrid)
El contexto La madrugada de este jueves empleados de la planta de reciclaje de Loeches encontraban los restos mortales de un neonato de unas dos semanas de vida. Según el primer exámen forense el bebé podría presentar signos de asfixia.