La Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) considera "imprescindible" asegurar la detección de posibles casos de trombos para "ayudar a que los médicos instauren el tratamiento adecuado y garantizar que todos los casos se documentan correctamente". Por ello, han emitido un comunicado en el que establecen una serie de recomendaciones para la detección y diagnóstico de acontecimientos trombóticos trombocitopénicos.

Así, la FACME destaca la importancia de que los vacunados sean "instruidos para que busquen atención médica inmediata si desarrollan síntomas como dificultad para respirar, dolor en el tórax, hinchazón de piernas o dolor abdominal persistente después de la vacunación".

Además, también subrayan que "cualquier persona que después de la vacunación presente síntomas neurológicos, como dolor de cabeza intenso o persistente, o que experimente múltiples pequeños hematomas en la piel (petequias) en un lugar diferente al de la vacunación en el periodo de entre dos o tres semanas tras la vacunación, debe buscar atención médica inmediata".

En lo referente a los casos de trombosis detectados hasta el momento, la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas explica que la mayoría se han dado "entre siete y 14 días tras la vacunación, lo que constituye una señal de farmacovigilancia importante", por lo que "está siendo objeto de investigación y seguimiento".

En concreto, según indican, se han comunicado "varios casos de trombosis de senos venosos cerebrales o afectación de otros territorios inusuales, como trombosis venosa en territorio esplácnico o trombosis arteriales, asociados a trombocitopenia", por lo que destacan que los profesionales sanitarios "deben estar alerta a los signos y síntomas de tromboembolismo y/o trombocitopenia".

Sobre la trombosis de senos venosos cerebrales, la FACME indica que el síntoma fundamental es el dolor de cabeza. "En la mayoría de los pacientes con se observan datos de alarma que ayudan a diferenciarla de un dolor de cabeza convencional", señalan, a lo que añaden que la cefalea "puede acompañarse de visión doble y de visión borrosa", y que "empeora al tumbarse", siendo "máxima por la mañana, al despertar".

En otros pacientes, tal y como explican, "los síntomas de presentación pueden ser síntomas focales, como pérdida de fuerza o sensibilidad mantenida, alteración de la marcha o alteración del lenguaje o el habla mantenida, que pueden deberse a la presencia de infartos venosos".

En cuanto a las recomendaciones para el tratamiento de casos de trombosis sospechosos de reacción adversa a la vacuna, el grupo de expertos afirma que se debe hacer una "hospitalización con vigilancia estrecha y monitorización de la cifra de plaquetas", en la que deben llevase a cabo "exploraciones sin demora", o bien para descartar la trombosis, o para "demostrarla e iniciar el tratamiento más adecuado a la situación clínica del paciente".

Sin embargo, la FACME aclara que los datos disponibles indican que "no existe un aumento del riesgo global de acontecimientos tromboembólicos en las personas vacunadas con la vacuna AstraZeneca", a lo que apostillan que el número global de casos de trombosis "no indica que se estén produciendo con una frecuencia superior a la esperada".

Por este motivo, según afirman, "en coherencia con una naturaleza inmunitaria de este fenómeno trombótico trombocitopénico, no se contempla en este momento la restricción del uso de la vacuna en pacientes con factores de riesgo para trombosis". De hecho, defienden "el beneficio de la vacunación para estos pacientes, ya que la enfermedad COVID-19 se asocia, por sí misma, a un aumento de eventos trombóticos".

Por último, la FACME asegura que "la edad no es en este momento un factor relevante en el uso de la vacuna AstraZeneca", por lo que consideran "oportuno retirar la restricción por edad".