La solución de la Dirección General de Tráfico para reducir la mortalidad en carreteras ante las alarmantes cifras que se están registrando este verano se basa en tres medidas.

En primer lugar, rebajar los límites de velocidad en algunas vías, especialmente en aquellas en las que se producen más accidentes mortales.

Según Tráfico, los conductores tienden a relajarse cada vez más con los límites de velocidad. Sin embargo, desde RACE consideran que esta medida no es la solución: "hay que revisar al alza la velocidad en las autopistas para animar a la gente a que tome estas vías más seguras y no las carreteras secundarias".

En segundo lugar, empezar una guerra contra los móviles. A la DGT le preocupa, especialmente, el uso del teléfono al volante. Por lo que, estudia que sean los conductores causantes del accidente quienes corran con los gastos de los daños ocasionados.

De hecho, la DGT quiere que las compañías telefónicas les faciliten la información necesaria para poder demostrar que el conductor estaba mirando el móvil en el momento del accidente.

Por último, aumentar el número de guardias civiles de Tráfico en carreteras. Ahora hay 8.800 agentes, una cifra que desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles consideran insuficiente: "los guardias civiles realizan una labor preventiva, pero la plantilla cada vez es más reducida".

El objetivo de estas medidas es reducir un aumento de la mortalidad en carreteras que no cesa desde el año 2013.