En España hay más de 9.000 menores extranjeros en centros de acogida. La mayoría de ellos llegaron solos a nuestro país en busca de una vida mejor, y asociaciones y fundaciones tratan de conseguirlo. Les ayudan a formarse y a encontrar trabajo mediante becas y, gracias a su esfuerzo, muchos logran cumplir sus sueños.

Es el caso de Mohammad Mujibun. Tiene 20 años y llegó a España desde Bangladesh con 17 tras viajar durante mes y medio en camiones de mercancías. Ahora, trabaja como camarero y estudia para ser informático. Asegura que siempre intenta "hacer algo bueno para el país".

Olivia Jana, nacida en Malawi, es otra de las jóvenes que ha conseguido lograr sus sueños gracias a las becas de la fundación 'Soñar Despierto'. Aprovechó un viaje escolar durante la visita del Papa a España para quedarse: "Un día antes de volver a mi país me escapé del grupo", ha confesado.

Entonces, no conocía a nadie ni entendía el idioma, pero tenía un sueño: "Cuando me subí en el avión y vi las azafatas y lo elegantes que iban dije 'esto es para mí'". Así, hizo el Bachillerato en España, se formó como azafata y durante cuatro años ha trabajado en el AVE.

Lotfi Echrraa también tenía sueño: convertirse en jinete profesional. Con tal solo 14 años, hizo el viaje sin retorno oculto en un ferry desde su Tánger natal. Al llegar a España estudió cocina y se formó en el hipódromo de La Zarzuela para ser jockey y ganar sus primeras carreras. "Es una emoción que te dura para toda la vida y que no sabes describir", ha explicado.

Los tres pasaron por centros de acogida para menores solos. Lo arriesgaron todo en busca una vida mejor. Ahora, su esfuerzo y una sociedad solidaria han hecho posible que sus sueños permanezcan intactos.