"Un día, por la noche, me dijo 'mami, la cabeza me va a estallar. No quiero más esto, quiero parar y descansar'": así ha expresado una madre a laSexta cómo empezó el trastorno de salud mental que ha acompañado a su hija durante el fin de su infancia y prácticamente toda su adolescencia.
La mujer inmediatamente contactó con su centro educativo. Desde allí activaron un plan antisuicidio para la menor. Entonces comenzó su batalla: le recetaron antidepresivos con tan solo 9 años y hasta poco antes de los 15 no le cambiaron la medicación.
Ahora, con 15 años, su salud mental ha mejorado mucho, pero ha tenido que pasar por un arduo proceso en el que ha sido víctima de sus propios compañeros. "Como tomaba medicación, le decían que era la loca de la clase", ha expuesto su madre.
No es un caso aislado. Los trastornos mentales en menores de edad se han disparado desde la pandemia: han aumentado un 47% desde 2020. En total, solo en 2020 se suicidaron 314 menores. "Vamos a observar aislamiento social, una baja autoestima, el sentimiento de culpa y la ansiedad, que lleva un bajo rendimiento académico", ha explicado el psicólogo Mateo Pérez.
Los centros educativos deben enfrentarse a este reto de forma diaria, que notan este incremento. "Hay un aumento significativo de las dificultades emocionales de los niños de distintas etapas, pero fundamentalmente de la adolescencia", ha indicado la psicóloga y orientadora del Colegio El Valle Sanchinarro, Regina Renovell, que ha asegurado en muchas ocasiones son los propios profesores los que alertan de conductas dañinas por parte de los menores.