En concreto, las
autoridades locales han recomendado a las menores que oculten una cuchara en su
ropa para activar la alarma del control de metales. "Eso hará que las
lleven aparte y puedan hablar con el personal de seguridad en privado", ha
dicho Katarina Idegard, a cargo de los asuntos relacionados con la violencia de
género en Gotemburgo.
Idegard ha justificado
que para muchas niñas "es la última oportunidad de hacer sonar las
alarmas". La idea proviene de la ONG británica Karma Nirvana, según la
cual la táctica de la cuchara ha evitado que muchas niñas en Reino Unido fueran
obligadas a contraer matrimonio.
La política local ha
indicado que forma parte de una campaña más amplia destinada a proteger a las
niñas con motivo de las vacaciones de verano, cuando muchas familias vuelven a
sus países de origen, donde en algunos casos la protección es menor o
directamente dichas prácticas son legales. "Estamos haciendo esto ahora
porque el riesgo de mutilación genital o de matrimonio infantil aumenta durante
las vacaciones de verano", ha señalado Idegard.
Estas prácticas están
penadas en Suecia, incluso si se llevan a cabo en el extranjero. En 2016, un
padre fue condenado por obligar a su hija a casarse tras engañarla para hacer
un viaje a su Afganistán natal. En otro caso de 2014, una niña de 14 años que
fue llevada a Etiopía para casarse con un primo mayor fue rescatada después de
que pidiera ayuda por Facebook a un consejero escolar.
No hay datos sobre el
número de niñas que son llevadas al extranjero con estos propósitos, pero
Idegard ha subrayado que la línea telefónica habilitada en Suecia para
denunciar estos caso recibió 139 llamadas el año pasado por matrimonio
infantil, mientras que un estudio de 2015 sostiene que 38.000 niñas y mujeres
que viven en Suecia sufrieron mutilación genital, incluidas algunas nacidas en
Somalia, Eritrea, Etiopía, Egipto o Gambia.