Una de cada 2 mujeres ha sufrido algún episodio de violencia machista a lo largo de su vida y sólo un 8% del total de agresiones sexuales que se cometen fuera del ámbito de la pareja llegan a denunciarse. Son datos del Ministerio de Igualdad que estremecen. Pero, ¿cuida el Estado y la sociedad a las supervivientes? laSexta habla con Sofía y Claudia, psicólogas especializadas en este tipo de violencias, que nos dan claves sobre su día a día.

"Cómo se escucha un testimonio, qué preguntas se hagan y cómo se mire a una víctima afectará directamente al proceso de sanación. La manera de cuidarlas es la base de su recuperación". Quien habla es Claudia, acompañante y guía durante todo el procedimiento judicial a mujeres víctimas de agresiones sexuales. Parte de su trabajo consiste en garantizar a las víctimas una red que las sostenga y recuerda que cuidar es "el conjunto de acciones que dotan y ofrecen a las personas las condiciones necesarias a nivel emocional, político y social para que se sientan seguras".

También hace hincapié en cómo la forma de mirar a las mujeres influye de manera directa en las víctimas. "Existe la idea de que la mujer agredida o violada tiene que ser y comportarse de determinada manera. Si se sale de ese molde, ya no nos vale. Si una mujer tiene carácter, fuerza, liga mucho o tiene varias parejas, de repente la credibilidad de su testimonio se cuestiona". De estos pensamientos nace el estereotipo de la 'buena víctima'.

Ser consciente de que se ha sufrido una situación de maltrato es una de las partes más complicadas para las mujeres. "Trabajé con una chica a la que sacamos de la trata, en aquel momento tenía un menor a su cargo, pero no disponía de papeles, ni trabajo. Poder dedicar tiempo a reflexionar sobre si esto que te ha pasado es un trauma y poder sanar la herida... eso es un privilegio absoluto", asegura Claudia.

El derecho al placer

"Reconectar con el cuerpo violentado y recuperar esa parte vital, una parte que está en todas nosotras, puede conseguirse con la creación de espacios y terapias concretas". Con esta reflexión, Sofía, que realiza talleres donde ayuda a las mujeres a través de distintas artes expresivas, pone el foco en el derecho al placer. Para ella, está claro que es esencial verbalizar estas situaciones, desde las más obvias hasta las más sutiles, y dejar claro que "no es algo que le suceda a una mujer en concreto, sino que es algo estructural".

A la pregunta de los retos que la sociedad tendrá que asumir para erradicar estas violencias, Claudia responde de manera contundente: "Hay que tener muy claro que no estamos ni empezando con esta lucha. Ser muy conscientes de que cada paso que demos puede transformarse enseguida en dos pasos para atrás. Tocará trabajar desde distintos lugares: personales, comunitarios y políticos para crear conciencia de ello".

"Aunque ahora existan leyes que dan la sensación de que ya está todo hecho, los cambios políticos pueden tumbar cualquier reforma. Hay que entender que existen muchos tipos de violencia, sí, pero las violencias machistas son delitos muy importantes y su visibilización no niega las demás", concluye Sofía.