Este está siendo un verano de récords en lo que al clima se refiere. Las temperaturas han llegado a alcanzar marcas insospechadas en algunos puntos del planeta en los que más bien suele hacer frío y, por el contrario, en otros está haciendo menos calor de lo esperado para estas fechas. Estas temperaturas tan extremas tienen una explicación: se deben a la corriente atmosférica.

La corriente atmosférica a gran altitud es la que marca la meteorología y el clima en nuestras latitudes. Este verano, esa corriente que separa las masas de aire polares y frías de la masa de aire caliente o subtropical no se está comportando como habitualmente.

Normalmente, esa corriente está bastante plana porque la diferencia de temperatura entre las dos masas de aire es menor: el polo se calienta pero el trópico se mantiene mas o menos igual.

Pero en la actualidad esa está muy ondulada, lo que hace que las masas polares desciendan a latitudes poco habituales en verano y también que las masas de aire muy cálido puedan ascender mucho más al norte de lo habitual.

Así, dejan una situación tormentosa porque con esta situación las tormentas tienden a ser más intensas por ese gran contraste y se dan en lugares menos habituales. Además, se están registrando grandes olas de calor, como las de Canadá o Finlandia, y al mismo tiempo grandes irrupciones frías. por ejemplo, en el mes de junio tuvimos temperaturas muy por debajo de lo habitual en algunos episodios.