Ekaterina Didenko, una conocida instagramer rusa, quería que su fiesta de cumpleaños fuera espectacular. Así que decidió celebrar sus 29 años junto a sus amigos en una piscina cubierta. En un momento dado, y para seguir con la diversión, vertieron 25 kilos de hielo seco (dióxido de carbono congelado) en el agua para crear un efecto de humo.
El resultado, tres de los invitados (incluido el marido de Ekateriana) murieron asfixiados y por quemaduras al sumergirse en el agua. Además, otras siete personas resultaron heridas de gravedad. De poco sirvieron los trajes y gorros que se colocaron antes de entrar en la piscina.
El hielo seco entró en reacción con el agua de la piscina, que tenía productos añadidos como el cloro.
Pero, ¿qué salió mal? ¿Qué ocurrió en la piscina? El hielo seco entró en reacción con el agua. Un agua que, al estar estancada, tenía productos añadidos como cloro y otras sustancias empleadas para su tratamiento y conservación.
"Se produjo una disolución ácida, que es la que genera este hielo sólido, que en contacto con ese hipoclorito de sodio (que es el cloro) generó cloro gaseoso a una velocidad tremenda. Además, lo vertieron en cantidades industriales. La persona que entró en el agua se achicharró al instante por el contacto con el cloro", explica Ricardo Díaz, Decano del Colegio de Químicos de Madrid, que recuerda que el cloro es un gas tóxico y venenoso que se llegó a utilizar en la Primera Guerra Mundial como arma química.
Se suma, además, que la piscina estaba ubicada en un espacio cerrado y sin ventilación.
Lo cierto es que este experimento ya lo realizó en 2016 'Crazy Russian Hacker' en su canal de YouTube. Eso sí, sin meterse en el agua tras lanzar el hielo seco a la piscina. En un vídeo con más de 34.000.000 de reproducciones, el youtuber insiste en que el resultado es "increíble", "hermoso" y "genial", aunque como ya se ha demostrado también puede ser mortal.