Cuando se trata de una riada nunca se debe intentar cruzar un torrente de agua con el coche, pues aunque parezca poco profundo y con poca corriente, siempre engaña.

Otro de los grandes errores es abrir la puerta del vehículo. Así lo único que se consigue es que entre agua en el habitáculo. Un hecho que favorece a que el coche se llene y la persona que esté dentro se ahogue.

Así, la tercera imprudencia es la de intentar saltar del coche, dado que el agua no es la solución porque si la corriente arrastra el vehículo, seguro que también te arrastrará a la persona atrapada. Salvador Belchí, es la persona que grabó el vídeo de portada y la que pidió al ciudadano que saltase al agua. A día de hoy se arrepiente, pues asegura que si se llega a tirar no lo hubiese podido sacar nadie.

Entonces llega la policía municipal de Librilla. Un agente se sube al capó. Es Bartolomé. Cuenta que el coche estaba encallado, pero que se movía. El agente de la Policía local de Librilla confiesa que el problema empieza cuando Patricio señala que el coche se está moviendo. Doscientos metros más abajo había una caída de unos quince o veinte metros. "Lo único que pensaba es que iba a caer por ese desnivel", recuerda el agente.

Por ello, decidió medir con una caña la profundidad y adentrarse dentro del vehículo por el capó para atar con una cuerda al pecho al atrapado. Así procedieron a sacarlo.

Rescate con éxito. Hora de repasar la lección. Cuando el agua arrastra un coche, lo mejor es esperar dentro con las puertas y ventanillas cerradas. Cuando se detenga, subirse al techo y esperar a que llegue ayuda.