"No cualquier persona te conoce y en 15 días te lleva a su casa". Esa persona de la que con tanto cariño habla Medoune es Miren, la mujer que le abrió los brazos cuando llegó a España desde Senegal. "Yo estoy encantada porque es un chaval súper majo, cariñoso, trabajador, solo tengo palabras buenas para él", afirma Miren Pagaldai, voluntaria del 'Proyecto Izeba'.

Medoune era un niño 12 de años y estaba completamente solo. "La etiqueta 'mena' no es justa. No dejan de ser niños y niñas sin acompañamiento", añade Kristina Soares, responsable del 'Proyecto Izeba'.

Medoune fue acogido en un centro de menores extranjeros. A su vez, gracias al 'Proyecto Izeba', que significa 'tía' en euskera, empezó a pasar los fines de semana con Miren. "A mi me preocupaba un poco la edad y que él pensase: 'a ver qué hago yo con esta mujer. Lo primero que hicimos fue ir a una feria de ganado en Vergara", recuerda Miren.

Esta una iniciativa de la Diputación de Guipúzcoa que tiene como objetivo que los niños y niñas puedan contar con un referente fuera de los centros de menores y no se encuentran tan solos.

El programa terminó cuando Medoune cumplió los 18, pero sigue manteniendo con Miren un vínculo muy fuerte. "En mi casa, con mi familia, con mis amigos, es uno más", añade Miren.

Ahora, dos años después, Medoune está trabajando, está perfectamente integrado y es feliz. Porque en su día, cuando estaba solo, encontró a alguien en quien poder confiar.