Semana Santa anómala por la crisis del COVID-19. Toca quedarse en casa, pero eso no implica renunciar a las procesiones y marchas. Eso sí, en modo casero y respetando las medidas impuestas por el Gobierno.

En Segovia un grupo de vecinos no ha dudado en lucir sus mejores túnicas desde el balcón. Hoy no hay pasos en las calles pero sí, feligreses en las casas. Confinados y en pijama, tiran de humor y creatividad para adaptar la Semana Santa. Así, en redes sociales se puede ver desde un paso sobre el aspirador o una procesión 'en forma de aperitivo'.

Lo importante es seguir quedándose en casa. Justo lo contrario de lo que hicieron una veintena de fieles en Granada. Fueron desalojados de la catedral de Granada en plena misa oficiada por el arzobispo, que afirmaba que lo había hecho con su mejor intención.

La resignación de vivir esta Semana Santa desde los balcones es un sentimiento generalizado. En cada rincón del mundo se las han tenido que ingeniar.

Así, en Bolivia, dos camionetas empujaban las imágenes del Santo Sepulcro y del Cristo Crucificado por las calles de La Paz y ante los aplausos de una comunidad emocionada. No es un caso único, en El Salvador también han procesionado a su Jesucristo subido a un Toyota.