La titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Ceuta ha dictado auto de preparación de juicio oral contra un profesor del Colegio San Agustín de la ciudad autónoma al que imputan seis presuntos delitos de tenencia y elaboración de pornografía infantil, corrupción de menores, abuso y agresión sexual a menores de 16 años, inducción a la prostitución de menores y 'sexting'.

El profesor fue detenido en noviembre de 2017 tras ser denunciado por la familia de uno de sus alumnos. El procesado, que fue apartado de las aulas tras dictarse una orden judicial de alejamiento, se enfrentaría a penas de cárcel de entre siete y 22 años.

La magistrada ha dado diez días a las acusaciones para calificar, pedir el sobreseimiento de la causa o, excepcionalmente, solicitar la práctica de actuaciones complementarias. La defensa puede, por su parte, presentar recursos de reforma o apelación.

De las investigaciones realizadas, resulta constatado que el investigado contactó con alumnos menores de edad tanto presencialmente como por teléfono e Internet para pedirles fotos desnudos, "parte de ellas en actitud sicalíptica (erótica)" que "fue acumulando para su personal uso".

También se le acusa de "promover activamente el desarrollo precoz y tendencial de la vida sexual" de jóvenes "dando incluso indicaciones que exceden notoriamente de su condición de profesor" y de "realizar actos concretos de abuso sexual con menores", siendo el eventual consentimiento de estos "irrelevante jurídicamente".

Según la resolución judicial, igualmente habría solicitado y obtenido "actos sexuales reales y/o virtuales mediante contraprestación, bien en metálico, bien en especie, con "regalos costosos de diversa índole", tal y como refleja la actividad instructora de la Guardia Civil y el propio Juzgado.

El auto recoge que "el autor de parte de las fotos y grabaciones a los menores de edad intervenidas, de índole sexual o pornográfico, fue el propio investigado".

Además, "se desprenden indicios racionales de comisión de un posible delito de 'sexting' (difusión o publicación de contenidos de tipo sexual, generado de manera voluntaria por su autor a través de cualquier dispositivo tecnológico, sin el consentimiento de la persona afectada), ya que "contactó con menores de dieciséis años a fin de embaucarlos para que le mostraran imágenes pornográficas en que aparecieran y de las que fue haciendo acopio para su uso particular".

"Lazos afectivos para obtener satisfacción sexual"

La resolución judicial resume que "concurren indicios de que el investigado estableció lazos afectivos con menores de modo deliberado para obtener satisfacción sexual mediante el envío de imágenes eróticas o pornográficas de los mismos" y, a su vez, solicitando estas expresamente o empleando tal solicitud como medio y preparación a posibles encuentros sexuales a los que llamaba "masajes".

Entre las pruebas recopiladas y analizadas están fotografías de las víctimas halladas en los dispositivos electrónicos incautados en el registro del domicilio del procesado, conversaciones de WhatsApp con las víctimas encontradas en su teléfono móvil, las declaraciones recopiladas y el resto de diligencias.

Respecto a las declaraciones recopiladas, parte de las víctimas "presentan graves problemas de credibilidad por cuanto el investigado ha actuado respecto de las mismas en actitud de seducción, prevaliéndose de la superioridad de su condición de docente".