Una comitiva judicial del juzgado de Primera Instancia e
Instrucción 1 de Olot, especializado en violencia de género, se ha desplazado al
Hospital Trueta, donde permanece ingresado el detenido, Cesar V.G.
La juez ha tomado declaración al hombre después de que dos
forenses hayan determinado que las capacidades cognitivas eran idóneas para
practicar la diligencia, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de
Cataluña (TSJC).
El investigado se ha acogido a su derecho a no declarar y la
juez ha acordado prisión provisional, comunicada y sin fianza, además de abrir
causa por un delito de asesinato, sin que consten denuncias previas entre la
pareja.
El fiscal había pedido prisión para este policía, destinado
desde hace tres años a la Unidad de Extranjería de Camprodón (Girona), como
presunto autor de un delito de asesinato con la agravante de violencia de
género y la defensa había pedido libertad provisional con medidas cautelares.
Según fuentes de la investigación, los hechos habrían sucedido la madrugada del pasado sábado. Sobre las 01.00 horas, la hija de la
víctima, de 24 años, y su novio llegaron a su piso, en el número 24 de la calle
Verge de la Guia, del barrio de Sant Cristòfol les Fonts, de Olot.
Sobre las 01.30 horas llegó la madre, Irene L.L. de 44 años,
se puso el pijama y la bata y se sentó en la cocina y habló brevemente con su
hija y el novio que se fueron a su habitación, en el otro extremo de la
vivienda.
Poco después, sobre las 02.00 horas, a la pareja de la joven
le pareció oír el timbre de la puerta, y es entonces cuando habría llegado el
policía, Cesar V.G., con quien la víctima mantenía una relación turbulenta con
continuas peleas desde hacía algo más de año y medio, según diversos testigos.
Según los vecinos, sobre las 03.00 horas de la madrugada se
oyó una fuerte discusión durante más de 20 minutos, así como gritos, objetos
que caían y varios golpes.
Este sería el momento en que los investigadores creen que él
sacó su arma reglamentaria y le disparó entre 5 y 6 veces, tres tiros a la
cabeza, uno en el cuello, uno en el antebrazo –que podría ser defensivo y la
bala acabó alojándose en la cabeza- y uno en la espalda.
En la misma cocina, el policía se habría disparado en la
sien, de tal forma que la bala entró por la zona temporal y salió por la zona
ocular, causando una herida de gravedad, pero no mortal.
A continuación, el hombre dejó el arma en la cocina y se fue
a tumbar a la cama de matrimonio, según estas fuentes.
El ruido hizo que varios vecinos llamaran a la Policía, y
varios agentes de la Policía Local y de los Mossos d'Esquadra se presentaron en
la vivienda, llamaron al timbre y al no escuchar ningún ruido ni recibir
respuesta a sus llamadas, se marcharon.
La hija y su novio, que dormían en la otra punta de la
vivienda, no se percataron de nada hasta que, a las 08.00 horas, la joven se
levantó, oyó unos murmullos en la habitación de matrimonio y vio al novio de su
madre con la cabeza ensangrentada.
La chica, tras ver que el hombre se levantaba de la cama y
se iba a lavar al baño, se fue hasta la cocina donde encontró el cadáver de su
madre, llamó a la hermana de su madre y cuando ésta llegó alertaron a
emergencias, sobre las 08.20 horas.
El cadáver de la víctima fue trasladado al Hospital Trueta
de Girona para una primera investigación, aunque todavía se está a la espera de
que los forenses practiquen la autopsia.
Por su parte, el hombre fue trasladado, primero al Hospital
de Olot y luego al Trueta de Girona, donde fue intervenido y sigue ingresado en
estado grave, según fuentes del centro.