Los equipos de rescate afrontan este martes la recta final en los trabajos después de alcanzar los 60 metros del túnel vertical paralelo al pozo donde cayó el pequeño Julen.

Los mineros excavarán manualmente esta galería horizontal de unos cuatro metros para conectar con el pozo donde está Julen, en lo que pueden emplear unas 24 horas.

Para ello llevarán, entre otro material, un martillo de aire comprimido, hachas y madera para apuntalar el túnel que deben horadar. Previsiblemente solo bajarán dos mineros porque no cabrán más personas en el túnel inclinado.

La dureza del terreno determinará la duración de los trabajos para lo que los mineros han evaluado todas las posibilidades, entre ellas el uso de algún explosivo, si fuera necesario, para remover el terreno mediante microvoladuras.

Cientos de personas están trabajando sin descanso desde el pasado día 13 cuando la familia avisó de la caída del pequeño por un pozo de más de 100 metros de profundidad. Las mayores dificultades las ha planteado el terreno.

Los padres del niño siguen los trabajos en una vivienda del municipio apoyados por un equipo de psicólogos que ayudan en la tensa espera.