El suceso tuvo lugar en Zaragoza, el pasado mes de enero. Un grupo de manifestantes acudieron a protestar con un tupper delante de la casa de la consejera de Educación aragonesa. Comenzaron a construir un monumento con tuppers que simbolizaban el recorte de las becas de comedor, e incluso llegaron a recitarle una poesía a la consejera.

Sin embargo, ésta denunció a los cinco que la policía identificó en ese momento. Ahora, se sientan en el banquillo por un presunto delito de acoso a un político, y se enfrentan a multas económicas y a un arresto domiciliario. Sin embargo, el auto del juez recoge que no hubo violencia de ningún tipo por parte de los manifestantes.