El siluro es la especia invasora que amenaza el Bajo del Guadalquivir. Se trata de un superdepredador que se alimenta de otras especies, como el pato real, cuyos ejemplares adultos pueden ser devorados por el siluro sin ningún esfuerzo. Comen desde mamíferos a aves o peces de una forma voraz.

Pueden llegar a medir dos metros y medio y pesar 180 kilos. Además de en el Ebro y ahora también en el Guadalquivir, el Siluro tiene presencia en otros puntos: los ríos Tajo, a la altura de Extremadura y Júcar.

Recientemente se ha capturado uno similar a este en la Presa de Alcalá del Río, en Sevilla, con dos metros de longitud y casi 100 kilos. Este hallazgo ha encendido las alarmas de su presencia en la zona ¿Pero cómo ha llegado hasta aquí?

Juan Cuesta, de Ecologistas en Acción Andalucía, explica que previsiblemente se deba a sueltas intencionadas de pescadores a los que les gusta pescar "animales como este que quedan tan bien en las fotos"

Y es precisamente a los que practican la pesca deportiva, a los que se les pide ayuda para acabar con este tipo de pez en estas aguas, ya que a consideran la principal culpable de la traslocación de esta especie. De no acabar con ella, el siluro podría terminar con especies en extinción y con la biodiversidad de estas marismas.