En la festividad nacional de La Paloma hay gente que lo tiene claro y "no lo cambiaría ni por Malibú". Donde mejor se vive la fiesta de La Paloma es en Madrid, donde sus habitantes no lo cambiarían ni por la playa. Porque a pesar de las altas temperaturas, los 34 grados se aguantan, "se pasa bastante calor, pero merece la pena".

La celebración, a pesar del calor, tiene tradiciones intocables, "se toma chocolate con churros". De estar en el centro de España a la playa es "diferente" señalan, porque en el norte, en Castro Urdiales, se esta viviendo un día de sol y de calor que "no es lo normal".

El norte del país, por su parte, es el reflejo del bienestar, que hace tomar el Sol hasta en los sitios más incómodos pero da igual porque para los ciudadanos es "maravilloso y está haciendo un buen tiempo en Cantabria" que es lo que se llama un "mes de agosto muy bueno".

En Cañiza y en Pontevedra disfrutan de la fiesta del jamón, un concurso de corte con un público además de atento, hambriento, donde se elaboran "tortilla de jamón y empanada", pero el favorito son "todos". Y además de la comida "un vasito de vino, siempre, y el agua por encima por si nos paran".

Por el contrario, el contraste en este día es una nube negra sobre Alicante que ha dejado playas vacías y dejando una preocupación porque "sale el sol, pero igual empieza a llover".

Se espera, de cara a la tarde, que será larga en el barrio barcelonés de Gracia, que también está de fiesta, un bajón de las temperaturas. "Esto hay que dosificarlo. Luego de tarde y hay que venir a verlo con la luz noche". Este jueves el tiempo se empieza a torcer de nuevo.