Compartir piso es una de las principales opciones de los jóvenes para emanciparse. "Vivo de alquiler con una persona más", indica una joven. Sin embargo, el precio de los alquileres se está convirtiendo en un problema para ellos. "Yo pagaba 545 euros y hemos reajustado el precio y ahora pago 650", explica un chico.

Una habitación en un piso compartido cuesta de media 340 euros; han subido casi un 3% en el último año. Además, el principal problema para irse de casa es la precariedad laboral.

"Acaba revirtiendo en que nosotros una de las menores tasas de emancipación de toda Europa, solo a la par de países como Grecia y que entre los menores de 30 años se sitúa en un 19%", detalla Dulce María Moreno, secretaria de Formación sindical e Igualdad de USO. En Europa, los jóvenes tienen una media de 26 años cuando se van de casa, mientras que en España tienen 29.

Esta precariedad laboral, además, también afecta a la maternidad. Hace diez años, las mujeres tenían su primer hijo con 29 años, mientras que ahora tienen, de media, 31.

Buscando mejorar su futuro, muchos jóvenes optan por el emprendimiento. "Van enlazando un contrato precario tras otro contrato precario y esto hace que se planteen 'quizás yo puedo poner en marcha mi propia iniciativa'", apunta Ana Alarcón, gestora de emprendimiento de Acción contra el Hambre.

Es el caso de María, una estudiante de 21 años que va a lanzar su propio proyecto. "El trabajo está un poco regular, necesitas dos trabajos para llegar a fin de mes", asegura. Ella está creando una empresa ofrece servicios socioculturales, terapeúticos y artísticos para personas en riesgo de exclusión social.