De nuevo, las porras y el sonido de las balas de goma entran en acción en Santiago de Compostela. El desalojo de una nueva okupación del colectivo Escarnio y Maldizer terminó con más de decenas de identificados y dos detenidos por resistencia a la autoridad.

Todo empezó con una manifestación pacífica, unas 700 personas se concentran en el centro de Santiago por tercera vez y para protestar contra un desalojo. Entonces, la batalla campal terminó con varios heridos, entre ellos seis policías, y un detenido.

La historia volvía a repetirse cuando el mismo colectivo okupa entró en un colegio abandonado y cerró la puerta. Los de dentro, más de 50 personas, pusieron su bandera. Los de fuera, casi un centenar, fueron disueltos por la Policía.

Minutos antes algún comerciante ya intuía lo que podía pasar. A los golpes de porra siguieron los levantamientos forzados de los que se manifestaban con una sentada frente al colegio.

Cuando la Policía terminó de dispersar la protesta exterior, procedió a entrar al colegio. Derribaron la puerta y lanzaron gas lacrimógeno. A diferencia de hace 10 días, los altercados terminaron sin heridos de importancia. Los dos detenidos quedaron en libertad con cargos.