La policía de Arizona irrumpió en una casa de la localidad de Chandler, Estados Unidos, después de recibir una orden judicial para separar a un niño de sus padres, según informa 'NBCNews'.

¿El motivo? La madre del pequeño le había llevado en un primer momento al médico porque presentaba fiebre muy alta. Pero después, al recomendarle que le llevase a urgencias porque podía tener meningitis esta se negó.

El niño no estaba vacunado y el médico decidió tomar cartas en el asunto contactando con el Departamento de Seguridad Infantil para que realizasen un chequeo de asistencia social a la familia.

Tras intentar llegar a un acuerdo con los padres y la negativa de estos, los oficiales del Departamento de Policía de Chandler decidieron irrumpir en el domicilio para llevarse al niño. La entrada en la casa fue grabada por los agentes y muestra cómo entraron a la fuerza, dando una patada a la puerta y abalanzándose hacia el interior del domicilio.

Al entrar en la vivienda se encontraron con más: había otros dos pequeños de 6 y 4 años que presentaban síntomas similares. Finalmente, los Servicios sociales se han hecho con la custodia temporal de los niños y los padres han sido acusados de abuso infantil.