Los investigadores tuvieron conocimiento, gracias a la información de autoridades portuguesas, de una organización criminal dedicada al tráfico internacional de estupefacientes, según informó la Jefatura Superior de Policía en una nota de prensa.
Con esta información los agentes detectaron dos 'vuelos calientes' que tenían escala en Lisboa, uno de ellos procedente de Río de Janeiro y otro de Caracas-Sao Paolo, y ambos con destino Madrid.
En el primero de ellos viajaba un ciudadano español que se sospechaba que pudiera portar droga en el interior de su equipaje. Por otro lado, en el vuelo procedente de Caracas, el pasajero del que se sospechaba era un hombre venezolano que podría transportar sustancias estupefacientes en el interior de su cuerpo.
El dispositivo desplegado para localizar a estos viajeros permitió interceptarles en la sala de llegadas del aeropuerto de Madrid-Barajas. Una vez efectuado el control del equipaje del primer hombre se localizaron en el interior de la maleta tipo 'trolley' que portaba cuatro paquetes de plástico, que en su interior contenían 142 bombones. Los dulces, con un peso aproximado de 4 kilos, estaban rellenos de una sustancia grisácea que sometida al 'narcotest' dio positivo a la cocaína.
Igualmente, se le realizó un control al segundo sospechoso. Este dio positivo a las pruebas radiológicas ya que portaba en el interior de su cuerpo 50 bolas del mismo estupefaciente, con un peso total de un kilogramo.