La Policía Nacional ha detenido a 15 personas presuntamente vinculadas con una organización dedicada a la estafa del 'hijo en apuros' que habrían conseguido estafar más de 60.000 euros.
Las detenciones han tenido lugar en Madrid, Ciudad Real, Guadalajara, La Coruña, Cuenca, Almería, Sevilla y Vitoria. La estafa del hijo en apuros consiste en que los ciberdelincuentes se dirigen a sus víctimas a través de mensajería instantánea o SMS simulando ser sus hijos.
Cuando consiguen convencerles de que se encuentran en una situación delicada, solicitan diversas cantidades de dinero, normalmente a través de transferencias bancarias. La operación arrancó en 2022 y ha tenido como resultado la detención de centenares de 'mulas' y decenas de captadores.
Estas últimas 15 detenciones se suman a otros 65 arrestos previos de integrantes de organización criminal que causaron un perjuicio de 410.000 euros a 95 víctimas. Entre esos 65 arrestados estaban los dos líderes de la banda. En esa primera fase de la operación se intervino una base de datos con más de 500 archivos de hojas de cálculo en los que se almacenaban datos de potenciales víctimas.
El análisis de esas informaciones ha permitido esta segunda fase de la operación, en la que se han intervenido diversos dispositivos electrónicos que han llevado a la identificación y localización de los detenidos: cinco de ellos se dedicaban a la gestión de cuentas, captación de mulas y reparto de beneficios y los diez restantes desempeñaban las labores de 'mula informática'.
La Policía Nacional ha hecho hincapié en que la principal lucha contra estos delitos empieza con la prevención ciudadana y ha dado una serie de consejos para evitar ser víctimas de esta estafa: no perder la calma e intentar contactar con su hijo por una vía alternativa a Whatsapp, sospechar del lenguaje o las expresiones de la persona que escribe y, en caso de haber sido víctima, acudir a una comisaría o llamar al 091.
Violencia machista
Investigan por qué no avisó la pulsera telemática del asesino machista de Mallorca
¿Qué falló? El presunto asesino, ahora detenido, tenía una orden de alejamiento y una pulsera telemática, que sin embargo no se activó cuando vulneró la prohibición de acercarse a la víctima. Ahora se investiga por qué.