"Estamos hablando de ello. Si no podemos reclutar suficientes oficiales con antecedentes migratorios, esta es una medida que puede ayudar", aseguró Pieter Aalbersberg, jefe de la policía de Ámsterdam. El mando policial de la capital holandesa estableció como objetivo que la mitad de los nuevos agentes en Ámsterdam sean descendientes de inmigrantes, especialmente al tener en cuenta que, en la actualidad, el 52 % de los habitantes de la ciudad no son de origen holandés.

Entre las fuerzas de seguridad de la ciudad, tan solo el 18% de los agentes tienen orígenes extranjeros, mientras que, a nivel nacional, la cifra asciende al 19,5%, según cifras oficiales. En los Países Bajos, legalmente, los agentes policiales no pueden portar, al menos a la vista, ningún símbolo o expresión religiosa, como un pañuelo en la cabeza, una kipá o un crucifijo. Tampoco están permitidos los tatuajes visibles, "piercings" o peinados demasiado llamativos.

Lo que se pretende desde Ámsterdam es permitir el uso del pañuelo como parte del uniforme de la policía, en busca de reclutar más oficiales minoritarios, especialmente mujeres, para llegar a una parte de la sociedad inaccesible en la actualidad. "Ámsterdam está cambiando de composición. Esto debería ser un tema de debate. Tenemos que involucrar a los ciudadanos", añadió el oficial, en una entrevista con el diario holandés 'AD'.

La Policía recordó que en otros países es normal que las oficiales de religión musulmana utilicen el pañuelo en la cabeza. "Hay una gran diferencia entre los países anglosajones y los otros países europeos. En Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Irlanda y Singapur son permisivos con ello, pero en Francia, Alemania, Holanda o los países escandinavos aún no se ha hecho", lamentó.