El Tribunal Supremo de Reino Unido ha autorizado que un grupo de médicos desconecte a un niño de 21 meses del sistema de soporte vital, según publica la BBC.
Alfie Evans tiene una enfermedad rara. El pequeño ya ha perdido la capacidad de escuchar, ver, oler o responder al tacto debido a la degeneración de su cerebro.
Sus padres, Tom Evans y Kate James, no quieren que sea desconectado: tienen la esperanza de prolongar su vida con un tratamiento en un hospital especializado en Roma. Según el Hospital Alder Hey, donde se encuentra el niño, seguir tratando al menor es "cruel, injusto e inhumano". Por su parte, el magistrado dijo que Alfie necesita "paz, tranquilidad y privacidad".
El centro de salud tiene programado retirar la máquina de ventilación pulmonar este viernes. "Nadie, repito, nadie me va a quitar a mi hijo (…) Mi hijo tiene dos años y lo han sentenciado a la pena de muerte", aseguró el padre del pequeño. La familia está considerando la posibilidad de apelar la decisión del tribunal.
Se solicita colaboración ciudadana
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El contexto La madrugada de este jueves empleados de la planta de reciclaje de Loeches encontraban los restos mortales de un neonato de unas dos semanas de vida. Según el primer exámen forense el bebé podría presentar signos de asfixia.