Cinco años después de que el Ayuntamiento no permitiera las corridas, los toros vuelven a Villena. El anterior Gobierno municipal, liderado por los Verdes, se amparaba en los desperfectos de la plaza pero tras las elecciones, el nuevo ejecutivo socialista.

"Nosotros como ayuntamiento, únicamente cedemos el espacio", defiende Javier Martínez, concejal de las fiestas. Que añade que un juez les ha obligado a hacerlo. La anterior corporación ya acumulaba tres sentencias en contra.

Los ecologistas mantienen su posición y piden independencia para los ayuntamientos: "Lo que pedimos es que, por favor, se quite el blindaje a la tauromaquia para que las corporaciones locales, dentro de nuestra autonomía, podamos tomar decisiones", pide Esther Esquembre, concejal de políticas animalistas.

Ahora, arregladas las instalaciones, Villena vuelve a recibir a los astados. Con el cartel decidido desde las seis de la tarde, la plaza, de 3.500 localidades, se ha llenado.

Las Asociaciones taurinas hablan del fin de censura: "La gran lección de hoy es que se ha puesto un muro contra la censura. la sociedad civil ha dicho basta ya", asegura Chapu Apaolaza, portavoz de la fundación Toro de Lidia.

Pero frente a ellos, presencia de un grupo antitaurino, que entre gritos y protestas piden que esta fiesta no esté en su localidad.