El 30% de los españoles pobres lo son porque su familia lo era. Una pobreza heredada, siete puntos por encima de la Unión Europea. El ascensor social está averiado o funciona peor que en las últimas décadas del siglo pasado.
Más del 26% de la población -12,5 millones de personas- está en riesgo de probreza o exclusión social. La cifra alcanzó su máximo en 2014 y fue disminuyendo hasta 2019, cuando se rompe la tendencia descendente, justo antes de la crisis del COVID.
Y es que las políticas sociales no alcanzan a todos, a lo que hay que sumar el problema de un mercado de trabajo precario, un alto precio de la vivenda, la poca inversión en Educación y un esfuezo fiscal por debajo de la media europea.
En solo un año, la privación material severa subió más de tres puntos y afecta ya a más de 3 millones de personas por el impacto del COVID. La ONG Olvidados sabe muy bien lo difícil que es salir de la pobreza: reparten 30 toneladas de comida al mes y sufragan a menores 345 becas comedor.
Por esto, lanzan una campaña y animan a la gente a comprar un pollo para que todas las familias puedan celebrar la Navidad.