Una simple brocha, un poco de pintura y todo cambia para los niños de las cumbres de los Andes de Ecuador, a más de 3.600 metros de altura, es hasta donde ha llegado el proyecto 'Pintando Cimas'.

Una idea de Carlos Chamorro para combinar sus dos pasiones: la enseñanza y el montañismo. "Para ellos es como si llegáramos con muchísimos regalos y poder aportarle eso a las carencias que ellos tienen les marca la ilusión del resto del año", ha afirmado.

Carlos se ha desplazado con su equipo hasta zonas remotas, en el Volcán de Cayambe, para llevarles el material escolar que los menores no tienen. "Con mochilas, con lápices de colores, con libros y libretas", ha explicado Chamorro.

Día a día estos niños se desplazan a pie, en ocasiones, durante una hora para llegar a su escuela. Además, no siempre les espera un plato en la mesa.

"Me explicaba una de las madres que hay días que tienen comida y preparan para los niños y otros días el recreo es sin ningún tipo de comida", dice la colaboradora del proyecto, Maribel Ramos.

Una manera de ayudar mediante la educación y fomentar un intercambio de culturas que perdurará para siempre en estos niños de los Andes.