En las últimas horas, una menor ha denunciado haber recibido un pinchazo en Extremadura, una denuncia interpuesta por su padre en la que no se recogen posibles abusos. Son al menos 60 las denuncias que están siendo investigadas en toda España.
Ya son 10 las comunidades autónomas en las que se recogen estas denuncias, con Cataluña y País Vasco a la cabeza. Algunos expertos descartan la posibilidad de que se trate de sumisión química, ya que serían necesarios entre 10 y 20 segundos para suministrar la sustancia.
Guillermo Burillo, coordinador de toxicología de la Sociedad Española de Medicina de Emergencia, cree que, con los datos sobre la mesa, podría tratarse de "una broma pesada de mal gusto" cuyo objetivo sería amedrentar y desplazar a mujeres de lugares públicos.
El riesgo en esta practica no está tanto en la sumisión química, sino en la transmisión de otro tipo de enfermedades como hepatitis o VIH. "Hay que tener en cuenta los efectos infecciosos o el traumatismo del pinchazo", explica Burillo.
Este tipo de actos se investigan como un delito de lesiones y podría acarrear hasta tres años de prisión. Desde el Consejo General de Enfermería piden un endurecimiento de la pena y un mayor control y vigilancia.