Una simple taza de café provocó un serio percance a bordo de un avión que se dirigía a Cancún desde Frankfurt, después de que al piloto se le cayera el brebaje sobre los mandos en pleno vuelo sobre el océano Atlántico. El accidente provocó un fallo en las comunicaciones del avión, que llevaba a más de 337 personas a bordo y tuvo que desviarse.

Según un informe elaborado por la División de Investigación de Accidentes Aéreos de Reino Unido (AAIB, por sus siglas en inglés), el café se sirvió en un vaso sin tapa, que el piloto apoyó sobre su mesita plegable. En un momento dado se volcó, derramando su contenido sobre el piloto y, en menor medida, sobre su panel de control de audio (ACP).

Como consecuencia, el dispositivo dejó de funcionar, y posteriormente, también el ACP del copiloto. De acuerdo con el informe, el líquido ocasionó un fallo eléctrico y los paneles empezaron a ponerse muy calientes, llegando incluso a producir humo y a derretirse parcialmente.

Ante la situación, que provocó importantes dificultades en las transmisiones por radio, el piloto decidió desviarse del rumbo previsto y aterrizar en Shannon, Irlanda. Durante la maniobra, los pilotos tuvieron que usar las máscaras de oxígeno.

Según el informe, el avión, un Airbus A330-243 con 326 pasajeros y 11 tripulantes a bordo, pudo aterrizar sin más incidentes y sin causar heridos. Aunque el documento no revela a qué aerolínea pertenecía el aparato, la organización independiente Flight Safety Foundation apunta a que se trataba de un vuelo de Condor Airlines operado por Thomas Cook.

Tras el incidente, que tuvo lugar el pasado 6 de febrero pero ha sido recogido en un boletín de la AAIB publicado esta misma semana, y para evitar futuros incidentes de este tipo, la aerolínea ha cambiado su política y la tripulación ha recibido órdenes de servir las bebidas con tapa.