Se ayudaba de una botella de agua para robar a los pasajeros. Este era el sorprendente modus operandi de una empleada de seguridad de un aeropuerto de Filipinas.

La trabajadora se metía los billetes en la boca hasta que un pasajero denunció que le habían robado 300 dólares de la maleta tras pasar el control.

Según recoge el informa policial, publicado en el medio Manila Bulletin, el bolso del pasajero pasó por un control manual.

Entonces la trabajadora aprovechó para acercarse. "Sospechosamente se dio la vuelta mientras aparentemente sostenía algo en su mano izquierda con el puño bien cerrado", añade.

Al devolverle el bolso, el pasajero aseguró que su cartera estaba abierta y le faltaban billetes.

Entonces recurrieron a las cámaras de seguridad, donde la mujer aparecía tragándose 300 dólares con dificultad. Está acusada de robo y de obstrucción a la justicia.