Hace 50 años, la vida de Jaco Nel dio un giro de 360 grados. Mientras Nel jugaba con su perro, este le propinó un lametazo con el que le contagió una bacteria que le causó septicemia. Cuando estaba con su perro se dio cuenta de que tenía un arañazo en la mano 'sin importancia' que no le impidió dejar de hacer sus tareas. Esta enfermedad es una sobrerreacción del sistema inmunológico ante una infección, que casi le cuesta la muerte.

Tras este incidente, la enfermedad le llevó a estar varios meses ingresado en el hospital y cinco días en coma. Esto le causó la pérdida de los dedos de una mano, las dos medias piernas, también sufrió una desfiguración en la nariz y los labios que le impide hablar y comer con total normalidad.

Él se encontraba mal y decidió irse a la cama, por tanto, hasta el día siguiente no se alarmó. "Debí enfermar mucho porque me sentía confuso y desorientado", ha confirmado a la BBC. También hace hincapié en que "Al final del día mi pareja me encontró en un estado terrible".

Cuando llamaron a emergencias, se dieron cuenta de qué enfermedad se trataba y de su gravedad, por lo que le atendieron de urgencia en su casa, inyectándole algunos antibióticos.

Cuando, finalmente, le desplazaron al hospital, Nel entró en coma y estuvo en ese estado varios días. Señala cómo fue su sensación al despertase "Cuando desperté me quedé en shock al ver que tenía el cuerpo prácticamente negro por la coagulación de la sangre".

"Supe que acabaría perdiendo las piernas y los dedos, de lo que no estaba seguro es de lo que pasaría a con mi para. Finalmente perdí la punta de la nariz y tengo cicatrices en los labios", señala desolado. Esto le dificulta comer con normalidad, aunque, asegura que ahora lo lleva mejor.

Nel quiere advertir de los riesgos de su enfermedad y para ello, ha dicho algunas de los síntomas "Arrastraba las palabras al hablar, perdí la coordinación y el equilibrio, pero nadie lo vio", asegura. Para evitar que su perro pudiese infectar a otra persona, decidió sacrificarle.