Dos personas condenadas a muerte en el área de Dallas, Texas, reclamaron a las autoridades retrasar sus ejecuciones y poner fin al uso de la hipnosis como herramienta para los interrogatorios que, posteriormente, sirven como evidencia para determinar las condenas.

Texas es uno de los lugares de EEUU donde todavía se emplea esta técnica, no como método de control mental, sino como herramienta de relajación con la que los expertos buscan "agudizar o desbloquear" la memoria de los testigos o acusados para encontrar "recuerdos y pensamientos" que mantienen ocultos.

Sin embargo, para las dos personas que se encuentran en el corredor de la muerte se trata de "una medida científica basura", cuyas consecuencias pueden determinar el futuro de vidas, según publicó 'The Dallas Morning News'.

"Toda vez que en una ocasión, como mínimo, las preguntas hechas con esta técnica condenaron a un hombre a muerte, debe cambiar la forma en que se usa", dijo el abogado defensor de los reclusos, Gregory Gardner, quien añadió que "hace mucho más daño a inocentes que pone a los culpables tras las rejas".

Charles Don Flores, de 48 años, fue declarado culpable de la muerte de Elizabeth Black en 1998 después de que una de sus vecinas fuera hipnotizada y, durante la sesión, describiera sus facciones entre las de los hombres que vio entrar en casa de la víctima.

En 2007, Kosoul Chanthakoummane, de 37 años, también fue declarado culpable de la muerte por apuñalamiento de la agente inmobiliaria McKinney Sarah Walker, cuando la Policía le capturó utilizando un boceto diseñado por un testigo hipnotizado.

Ambos hombres fueron condenados a muerte y se encuentran a la espera de que un juez fije la fecha de su ejecución, retrasada por la denuncia interpuesta debido al método usado en los interrogatorios. Entre 2016 y 2017, los Rangers de Texas confirmaron que llevaron a cabo 24 sesiones de hipnosis, sin ofrecer más detalles sobre sus resultados.