Lo llaman "el violador de Tinder" porque es en esa aplicación donde captaba a sus víctimas. Casi una veintena de mujeres, en concreto 17, han denunciado que fueron drogadas y violadas por él, un fotógrafo considerado un auténtico depredador sexual por la fiscalía francesa. En la vida real se llama Salim Barreda, pero en la red tenía infinidad de falsas identidades.
Entre ellas estaba la de Abel, la de Amir, la de Sam o la de Samuel, pero realmente quien se escondía detrás era "el violador de Tinder". El fiscal lo ha descrito como un cazador egocéntrico e insaciable, además de adicto al sexo y a la depredación. En cambio, él se vendía en las redes sociales como un hombre divertido, cariñoso, fiestero, descarado y cabeza hueca con un objetivo: engatusar mujeres.
Una fachada de hombre aparentemente interesante que utilizaba su reputación como fotógrafo para atraer a sus víctimas, ahora está acusado de violar a 17 mujeres entre 2014 y 2016.
Lo tenía todo estudiado de forma milimétrica. Su modus operandi consistía en contactar con sus víctimas a través de Tinder, proponerles sesiones de fotos en su estudio, para que una vez allí ofrecerles una bebida que, según apuntan las investigaciones, podría haber estado mezclada con drogas. De hecho, las víctimas declararon sentirse anormalmente embriagadas y débiles. Además, describieron cómo la actitud de su agresor iba cambiando hasta forzarlas.
Pero, esta no es la primera vez que este hombre, de 38 años, es detenido, puesto que ya fue arrestado en 2016. Después de pasar dos años y medio en prisión el pasado verano volvió a ser detenido por un aluvión de acusaciones de violación. Ahora, la Fiscalía de París pide para él una pena de 19 años de cárcel.
Otro gasto más
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