Los hijos menores de algunas de las últimas víctimas de la violencia machista presenciaron los asesinatos. Estos menores sufren las consecuencias inmediatas pero también a largo plazo, como explica en laSexta Natalia Ortega, directora de Activa Psicología: "Estrés muy grande, cambios conductuales o emocionales (...) Pesadillas muy grandes, sentimientos de culpa...".

Su apoyo psicológico inmediato es básico. "Es muy importante que toda la familia extensa, los círculos cercanos e incluso el centro escolar cubra toda esa red de apoyos, de darle seguridad", indica Ortega. Los expertos aseguran que influye mucho la edad a la que les sucede. "El impacto puede ser muy grande con 3 ó 4 años que ya empieza a haber recuerdos... y luego, al principio de la adolescencia", apuntan.

Incorporar la perspectiva de género es vital porque si "la criatura va creciendo y no integra que el problema no era de la mamá asesinada, sino del varón asesino, se tiende a pensar que es una cosa circunstancial (...) Dificulta que esa persona ponga límites para tolerar lo que es intolerable", asegura Yolanda Bernárdez, miembro de la Asociación Psicológica y Psicoterapia Feminista.

Joaquín García-Cazorla, copromotor del Fondo de Becas Fiscal Soledad Cazorla Prieto, resalta otro aspecto importante: el económico. "Incorporar a tu núcleo familiar a niños en edades tan tempranas y con las necesidades que van a requerir después de sufrir estas experiencias es tremendo". Por ello, en 2016 se creó el Fondo de Becas Fiscal Soledad-Cazorla. Desde entonces, 97 huérfanos de la violencia machista ya han recibido ayudas destinadas a sufragar los gastos iniciales, hasta que se materializan las ayudas públicas. Puedes consultar la información completa en el vídeo situado sobre estas líneas.