Prácticamente desde que Batman y Robin aparecieron juntos en los cómics en la década de los 40, hubo quien leyó entre líneas. También se ha especulado con la orientación sexual de Bob Esponja y Patricio y con la de la mismísima reina Elsa. Pero sus creadores nunca lo han querido aclarar. Caso curioso el de Epi y Blas porque aquí ni los que les dieron vida se ponen de acuerdo.

Los programas infantiles, dicen los expertos, también determinan el comportamiento futuro de los pequeños. Por eso es crucial educar en la diversidad sexual desde edades tempranas: "Es mucho más peligroso no hablarle de realidades que ya están viendo por la calle que pretender protegerles en una burbuja" explica Juan Francisco Fernández, técnico de programas educativos de LAMBDA.

Gestos rápidos y sutiles, pero con una importancia que ha reconocido el propio director de la película de La Bella y la Bestia de 2017. Dan entender que LeFou, el compinche del arrogante villano Gastón, es gay: "Se considera que mostrar de forma explícita un matrimonio de dos chicos puede influir en la identidad del niño. La identidad no es algo que se aprende, es algo que se tiene" asegura Fernández.

Nada que ver con cómo se trasmiten las relaciones heterosexuales, denuncian. Que se muestran abiertamente. Película infantil o no, a la hora de contar historias de amor solo hace falta plasmar y normalizar las diversas realidades.