El robot que la NASA utiliza para explorar Marte, el Perseverance, ha marcado un nuevo hito al transformar el dióxido de carbono del planeta en oxígeno. Esto supone un primer paso clave para la exploración humana del conocido como Planeta Rojo. Se trata de un avance sin precedentes que podría llevar a los primeros astronautas a la zona.

Además, esta tecnología proveería a los propios exploradores de aire limpio para garantizar su supervivencia. Jim Reuter, miembro del Directorio de Misiones Espaciales Tecnológicas, asegura que "es un primer paso", aunque afirma que "hay mucho trabajo por hacer, pero los resultados de esta demostración dan esperanza de ver personas en Marte".

El mismo valora que este hecho es clave no sólo por el factor humano, sino por otros aspectos: "El oxígeno no es solo lo que respiramos. Los propulsores de los cohetes también dependen de este elemento, que es crucial para que los futuros exploradores puedan volver a la Tierra".

Un avance para la humanidad

Desde la NASA ponen en relevancia la importancia de este hecho: mientras que transportar 25 toneladas de oxígeno desde la Tierra resulta muy complejo, un conversor de oxígeno podría suponer una medida más económica y práctica.

La atmósfera de la NASA está compuesta por el 96% de dióxido de carbono. La tecnología MOXIE (la empleada en este caso, Mars Oxygen In-Situ Resource Utilization Experiment) separa los átomos de oxígeno de las moléculas de dióxido de carbono, compuesto por un átomo de carbono y dos de oxígeno. Lo sobrante (el carbono) se desecha. Este proceso de conversión requiere altas temperaturas de hasta 800 grados.

En esta primera aproximación el experimento ha concluido con la producción de cinco gramos de oxígeno, cantidad necesaria para 10 minutos de aire respirable para un astronauta. El programa está diseñado para generar 10 gramos a la hora.