Pocas cosas despiertan tanta ilusión como el hecho de poder apreciar un meteoro cayendo del cielo. Y más cuando se trata de una observación complicada, como la de este mes de agosto con la lluvias de Perseidas. A pesar de que las también conocidas como Lágrimas de San Lorenzo suelen ser una de las lluvias de estrellas más fáciles de ver en el cielo, pues es una de las más intensas, este año la luna llena dificultará la visión de estos cuerpos. Y con ello hará más difícil que alguien pronuncie la mítica frase: "Acabo de ver una estrella fugaz".
Difícil, que no imposible. La lluvia de Perseidas estará como protagonista del cielo nocturno hasta el próximo 24 de agosto. Aunque habrá unas jornadas en las que los meteoros aparecerán con mayor intensidad en el cielo. Y será en este momento cuando la luna llena aparecerá y dificultará, por tanto, la visión de los meteoros.
Las velocidades de estas estrellas pueden superar los 50 kilómetros por segundo y su tasa de actividad es alto, ya que puede llegar a los 200 meteoros por hora, según explica el Instituto Geográfico Nacional. Así, los días de mayor intensidad serán las noches del 11 al 13 de agosto.
¿Cuál es la mejor hora para ver las Perseidas?
Sea la hora que sea en el momento en el que te encuentre observando el cielo, lo importante es que dirijas la mirada a la parte más oscura del mismo. Evita en todo momento la luz que proyecte la luna para poder tener más posibilidades de apreciar la lluvia de Perseidas. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad. ¿Y a qué hora se recomienda dirigir la vista al cielo?
El IGN señala que el "número de meteoros observados por hora puede variar muy rápidamente según varía la densidad de fragmentos en la estela del cometa, por ello las predicciones concretas sobre número específico de meteoros dependiendo del día y la hora son difíciles de realizar y suelen estar afectadas de una incertidumbre alta". En este sentido, solo se puede tener en cuenta la recomendación de la entidad experta de situarnos en una zona lo más alejada de las luces y de las ciudades, así como esperarnos a que el cielo esté totalmente oscuro.