En una larga persecución en el estado de California, EEUU, la Policía siguió a un conductor a casi 150 kilómetros por hora y a lo largo de cuatro ciudades.

El conductor fugado chocó con tres coches. Durante quince minutos permaneció dentro del vehículo, hasta que los agentes rompieron a balazos la ventanilla y el hombre se rindió.